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Recomendaciones ante el Aislamiento Social

  • Cilac2019
  • 6 abr 2020
  • 3 Min. de lectura

Enfrentarnos a una situación como la que actualmente se esta viviendo en todo el mundo, donde debemos estar dentro de casa en un aislamiento social, nos crea un sentimiento de incertidumbre, ya que nos preparamos a una situación desconocida o nueva. Esto nos puedo causar ira, estrés, confusión y ansiedad, ya que comenzamos por romper toda nuestra rutina como ir al trabajo, las escuela, salidas al parque, etc.


Ante una situación extraordinaria como la actual, es probable que comencemos a experimentar lo siguiente:


  • Miedo: a perder la salud, a contagiar la familia, a que nos falten recursos.

  • Frustración: ante la situación de perder la libertad, dificultad en nuestros planes y proyectos.

  • Enojo: percibir que estamos ante un hecho injusto, responsabilizar a los demás por lo que está pasando (el gobierno, personas que no respetan el aislamiento, etc.)

  • Ambivalencia: un sentimiento de alivio porque se está en casa, pero al mismo tiempo frustración, enojo, miedo por no poder seguir la rutina.

  • Desorganización: al perder la rutina entramos en una zona de confort o comodidad en donde no seguimos horarios o nuestras actividades productivas o responsabilidades son relegadas por las actividades de ocio.

  • Aburrimiento: si antes nuestra queja pudiera ser que no teníamos tiempo para realizar alguna actividad, ahora nuestro problema es que tenemos mucho tiempo, pero no decidimos cómo utilizarlo.

  • Tristeza: esto se da por romper la cotidianeidad, por el propio aislamiento y por estar bombardeados de noticias negativas o mal intencionadas que solo causan alarma en la sociedad.

  • Sentimiento de soledad: esto se puede agravar en las personas que viven solas al pensar “¿qué hago si me pasa algo?”.

  • Sensación de encierro: el sentirnos aislados, agobiados con pensamientos recurrentes de “quiero salir a la calle”, “quiero juntarme con gente”.

  • Ansiedad: esto viene con la incertidumbre de no saber cuánto tiempo estaremos así o qué es lo que pasará; puede provocar conductas o pensamientos de huir de la realidad por ejemplo dormir mucho, estar en consolas por mucho tiempo o en el celular.

  • Sobreinformación: el estar monitoreando de forma constante sobre el número de personas infectadas, fallecidos, complicaciones, etc. sólo incrementarán nuestros síntomas y será más difícil regularlos.

Ahora que ya conocemos qué podemos experimentar durante el aislamiento social podemos contrarrestarlo o minimizar el impacto con las siguientes recomendaciones:


  • Estar en contacto con nuestras emociones para poder identificar el momento en el que estamos mas vulnerables y así poder autorregularnos.

  • Mantener un horario de sueño saludable.

  • No exponernos a noticias todo el tiempo y sólo utilizar fuentes confiables (recomiendo el informe de la Secretaría de Salud de Nuevo León).

  • Evitar ver noticieros o programas que nos alteren durante la mañana o al momento de dormir.

  • Al despertar vestirse de forma cómoda, pero no con pijama.

  • Tratar de no pensar en plazos y fechas.

  • Realizar una rutina en casa: actividades de trabajo, recreativas, leer un libro, aprender cosas nuevas, algún tutorial, etc.

  • Realizar ejercicio, ya sea la rutina que se hacía en el gimnasio o sólo ejercicios cardiovasculares.

  • Practicar la relajación.

  • Procurar que tu casa esté iluminada; se recomienda que sea con luz solar, eso te ayudara a mejorar tu estado de ánimo.

  • Alimentarse bien y mantenerse hidratado.

  • Utilizar las redes sociales para estar en contacto con tus familiares y amigos.

  • Evitar entrar a grupos que difundan noticias falsas o erróneas o que promuevan pensamientos negativos o catastróficos.

  • Tener consideración de ti mismo, de tu estado emocional, tomar en cuenta que tuviste un cambio de rutina de forma abrupta, tener paciencia contigo mismo.

  • Es un buen momento para tener una comunicación intima con Dios, leer la Palabra, meditar en ella, conocer las vidas de José, Ruth, Esther, Daniel, Job, Jonás, y sobre todo, a Jesús en el Evangelio.

  • Hacer oración.

  • Si consideras que necesitas apoyo externo, comunícate con tu psicólogo de confianza o solicita una terapia en línea.


Esta es definitivamente una situación extraordinaria, pongamos cada uno de nuestra parte para que estos momentos pasen pronto y pasen de la mejor manera… Bendiciones.


Lic. Maricela Morales

Departamento de Psicopedagogía

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